Tratamiento del edema de médula ósea
Las fracturas por estrés son microfracturas que pueden producirse en cualquier hueso de la extremidad inferior o de la columna vertebral. La zona más común son los huesos metatarsianos del pie, pero también se ven en los huesos de la pierna. La presentación más habitual es la de un paciente que presenta una alteración repentina en su régimen de entrenamiento (es decir, más sprints, mayor kilometraje o mayor intensidad) que desarrolla un dolor puntual y una inflamación localizada sobre el hueso. Este tipo de lesión es más frecuente en mujeres con irregularidades menstruales y menor consumo de calcio. También son muy frecuentes en chicas adolescentes muy activas en el deporte y de contextura muy delgada. El edema de la médula ósea es la antesala de una fractura por estrés. Antes de que se produzca una verdadera fractura de estrés “patológica”, se produce un edema de médula ósea que debilita el hueso. En raras ocasiones, puede producirse el síndrome de edema de médula ósea, que es una causa idiopática de edema localizado en el interior de la médula ósea.
El edema de médula ósea es visible en los estudios de RMN con un contraste en el color del hueso, en una imagen T1, será blanco; el edema de médula ósea aparecerá de color gris a negro (imagen de abajo) como la imagen que se muestra en el calcáneo.
Edema de médula ósea de rodilla
Introducción y terminología¿Qué es el edema de médula ósea? La resonancia magnética (RM) después de un traumatismo de tobillo suele mostrar una alteración de la señal de la médula ósea con una señal baja en ponderación T1 y una señal alta en ponderación T2 y en secuencias sensibles a los fluidos (como las secuencias de inversión-recuperación tau corta (STIR) o de supresión de grasa (FS)). Esto se conoce como edema de médula ósea (EMO) o hematoma óseo (Fig. 1) [1, 2, 4, 5].
Fig. 2A Futbolista de 20 años que se presenta tras un esguince de tobillo durante un partido de fútbol con sospecha de fractura en el maléolo lateral. La resonancia magnética mostró un hematoma óseo en la tibia, el peroné y el astrágalo (flechas). No reveló ninguna fractura del maléolo lateralImagen a tamaño completoCosta-Paz et al. [10] clasifican la EMB en tres tipos:
Esta clasificación ayuda a determinar la causa del EMC: el tipo I suele corresponder a una lesión por un mecanismo de contragolpe que lo hace más extenso, mientras que el tipo II suele indicar un traumatismo en la fijación del ligamento, la cápsula articular o el retináculo y, por tanto, es más localizado. El tipo III suele estar asociado a una fractura o a una lesión osteocondral, por lo que puede tener una extensión diferente [5, 11]. La distribución de la EMC observada en tipos específicos de lesión representa, por tanto, una de las pistas más útiles para el diagnóstico diferencial en los traumatismos de tobillo. Al determinar, en primer lugar, si hay EMC en un solo lado de la articulación del tobillo o es multifocal y, en segundo lugar, el tipo de EMC, el patrón de EMC puede revelar el mecanismo de la lesión [1, 9]. La ausencia de una línea hipointensa en las imágenes ponderadas en T1 excluye una fractura completa que necesita un tratamiento diferente (Fig. 3).
Edema óseo de rodilla
Los artículos de Verywell Health son revisados por médicos certificados y profesionales de la salud. Estos revisores médicos confirman que el contenido es exhaustivo y preciso, y que refleja las últimas investigaciones basadas en la evidencia. El contenido se revisa antes de su publicación y en caso de actualizaciones sustanciales. Más información.
Un profesional sanitario puede identificar el edema de médula ósea con una prueba de ultrasonidos o una resonancia magnética (RM). Esta afección suele estar relacionada con la artrosis, a menudo conocida como artritis por “desgaste”, en la que el cartílago se rompe y las articulaciones se vuelven dolorosas.
El edema también puede producirse por una fractura o una lesión articular. A veces, una infección ósea (osteomielitis) provoca la acumulación de líquido. Las infecciones y lesiones óseas suelen detectarse también mediante resonancias magnéticas.
Si tiene artrosis, el edema de médula ósea puede ser un signo de que su enfermedad ha empeorado. Puede haber desarrollado quistes subcondrales junto con la acumulación de líquido. A menudo pueden detectarse en una resonancia magnética.
Estos quistes se producen en lugares en los que el cartílago está dañado. El cartílago se endurece y forma sacos llenos de líquido (quistes) en la articulación. Los quistes ocupan espacio en la articulación, haciéndola más estrecha. Esto desgasta aún más el cartílago. Finalmente, el hueso roza con el hueso.
Edema del astrágalo
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Un profesional sanitario puede identificar el edema de médula ósea con una prueba de ultrasonido o una resonancia magnética (RM). Esta afección suele estar relacionada con la artrosis, a menudo conocida como artritis por “desgaste”, en la que el cartílago se rompe y las articulaciones se vuelven dolorosas.
El edema también puede producirse por una fractura o una lesión articular. A veces, una infección ósea (osteomielitis) provoca la acumulación de líquido. Las infecciones y lesiones óseas suelen detectarse también mediante resonancias magnéticas.
Si tiene artrosis, el edema de médula ósea puede ser un signo de que su enfermedad ha empeorado. Puede haber desarrollado quistes subcondrales junto con la acumulación de líquido. A menudo pueden detectarse en una resonancia magnética.
Estos quistes se producen en lugares en los que el cartílago está dañado. El cartílago se endurece y forma sacos llenos de líquido (quistes) en la articulación. Los quistes ocupan espacio en la articulación, haciéndola más estrecha. Esto desgasta aún más el cartílago. Finalmente, el hueso roza con el hueso.