Fractura de la cúpula talar
Dado que el astrágalo es importante para el movimiento del tobillo, una fractura suele provocar una pérdida sustancial de movimiento y función. Una fractura del astrágalo que no se cure correctamente puede provocar complicaciones, como cojera, artritis y dolor crónico. Por este motivo, la mayoría de las fracturas del astrágalo requieren una intervención quirúrgica.
El astrágalo es el hueso que constituye la parte inferior de la articulación del tobillo (la tibia y el peroné constituyen la parte superior). La articulación del tobillo permite que el pie se mueva hacia arriba y hacia abajo. El astrágalo también se sitúa por encima del hueso del talón (calcáneo). Juntos, el astrágalo y el calcáneo forman la articulación subastragalina. Esta articulación permite que el pie se mueva hacia dentro y hacia fuera, lo que es importante para caminar por terrenos irregulares.
El astrágalo es el principal conector entre el pie y la pierna, ayudando a transferir el peso y las fuerzas de presión a través de la articulación del tobillo. Está cubierto en gran parte por cartílago articular, el material blanco y resbaladizo que cubre todas las superficies articulares. Este cartílago permite que el astrágalo se mueva suavemente contra sus huesos vecinos.
Las fracturas pueden producirse en todas las partes del hueso astrágalo. Lo más habitual es que el astrágalo se rompa en su parte media, llamada “cuello”. El cuello se encuentra entre el “cuerpo” del astrágalo, debajo de la tibia, y la “cabeza” del astrágalo, situada más abajo en el pie.
¿Cómo saber si se ha roto el hueso del astrágalo?
Una fractura del astrágalo suele provocar: Dolor muy intenso. Imposibilidad de apoyar el pie. Hinchazón y sensibilidad.
¿Qué tan difícil es romperse el astrágalo?
El astrágalo es un hueso fuerte ya que soporta todo el peso del cuerpo. Para romper el hueso del astrágalo, suele ser necesaria mucha energía, por ejemplo, al caerse de una escalera, de un tejado o de un accidente de coche. La zona más común en la que se fractura el astrágalo es en la parte media, en una zona llamada cuello.
¿Cuál es el tratamiento de una fractura de astrágalo?
Las fracturas del astrágalo pueden tratarse con una escayola o puede recomendarse la cirugía. Tratamiento no quirúrgico: El tratamiento no quirúrgico se recomienda para las fracturas en las que las piezas óseas permanecen juntas y las superficies articulares están bien alineadas.
Talus knochen
Debido a la proximidad anatómica de los nervios y los vasos sanguíneos, es fundamental examinar lo antes posible la función motora/sensorial y la irrigación sanguínea del pie del paciente. El método de elección para diagnosticar el problema consiste en realizar radiografías en 2 planos. En muchos casos también está indicada la realización de un TAC. Esta puede mostrar la posición exacta de los fragmentos óseos y es útil a la hora de planificar la operación. En raras ocasiones puede ser necesaria una resonancia magnética (sobre todo para comprobar los daños en el tobillo causados por una mala circulación sanguínea, una enfermedad conocida como osteocondritis disecante).
Las fracturas que no están desplazadas y no tienen fragmentos muy dispersos pueden tratarse de forma conservadora. Primero se inmoviliza la pierna del paciente con una férula. El tobillo debe elevarse y enfriarse hasta que la hinchazón de la zona lesionada disminuya. A continuación se cambia la férula por una escayola circular. Al cabo de otras 4 semanas, esta escayola puede retirarse y aplicarse una escayola para caminar. La pierna no podrá soportar todo el peso del paciente hasta que hayan pasado 8 semanas. Sin embargo, esto sólo se aplica a las lesiones de tipo I de Hawkins.
Fractura bimaleolar
El astrágalo es un hueso del pie que forma parte de la articulación del tobillo. Se encuentra entre el hueso de la espinilla (tibia) y el hueso del talón (calcáneo). La articulación entre el astrágalo y el calcáneo se denomina articulación subastragalina. Esta articulación permite el movimiento lateral del pie y nos ayuda cuando caminamos por terrenos irregulares. El suministro de sangre al astrágalo procede de varias arterias pequeñas. Las fracturas del hueso suelen dañar el suministro de sangre al hueso y pueden afectar a la curación. El astrágalo se mantiene en su sitio gracias a los fuertes ligamentos (que conectan hueso con hueso). Los ligamentos también pueden lesionarse y hacer que el astrágalo se vuelva inestable en la articulación del tobillo.
El astrágalo es un hueso fuerte, ya que soporta todo el peso del cuerpo. Para que el astrágalo se rompa, suele ser necesaria mucha energía, por ejemplo, al caerse de una escalera, un tejado o en un accidente de coche. La zona más común en la que se fractura el astrágalo es en la parte media, en una zona llamada cuello. El cuello se encuentra entre el “cuerpo” del astrágalo, que está junto a la articulación del tobillo, y la “cabeza” del astrágalo, que está junto al pie.
Fractura del calcáneo
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El astrágalo es uno de los principales huesos que forman la articulación del tobillo y sirve de importante enlace entre la pierna y el pie. También es un hueso único, ya que está cubierto en más de la mitad por un cartílago que proporciona amortiguación y permite que los huesos se muevan más libremente unos contra otros.
La artritis es común después de una fractura del astrágalo porque cuando el cartílago se lesiona, la superficie articular, normalmente lisa, se vuelve irregular. Estas irregularidades pueden provocar un desgaste acelerado de la articulación y, en última instancia, artritis.
Debido al patrón de suministro de sangre al hueso del astrágalo, éste puede verse interrumpido cuando el hueso se lesiona en una fractura. Sin suministro de sangre, las células óseas pueden morir (osteonecrosis) y provocar un colapso del hueso.